jueves, 6 de mayo de 2010

LAS INVITACIONES Y MANERA DE INVITAR


Una vez concretado el día y detalles de la boda, se procederá a elaborar una lista de invitados y confeccionar y encargar las invitaciones.

Normalmente, se elaboran tres listas: una realizada por los padres de la novia, otra por los padres del novio y una tercera cerrada por los propios contrayentes. A continuación se repasan los listados y se ultima la lista perfecta.

Se aconseja mostrar especial consideración en casos especiales, como las parejas divorciadas (máxime si la ruptura es reciente) a la hora de planificar el reparto de puestos. Conviene revisar a menudo la lista definitiva y ordenarla por grupos de edad, relación o compromiso con el fin de distribuir de forma conveniente a los invitados en las mesas del banquete.

Las invitaciones suelen tener un formato ya estipulado por la costumbre, pero cada vez más, prima la originalidad e imaginación, acorde con las personalidades de los novios.

En las invitaciones clásicas debe incluirse el nombre de los novios y el de sus padres, la comunicación del enlace, lugar y hora de la ceremonia y banquete, las direcciones de ambas familias y la petición de confirmación con números de teléfono o correos electrónicos para ello.

Si uno de los padres es viudo se especificará sólo su nombre y en el caso de que la madre sea viuda se hará referencia a su marido (ejemplo: Doña Carmen Peralta, viuda de Guillermo). Si uno de los contrayentes es huérfano ocupará este puesto uno de sus padrinos.

Debajo del encabezamiento se añadirá un texto centrado con la comunicación : "Tienen el honor de participarle el enlace de sus hijos (nombre de los novios) e invitarle a la ceremonia que se celebrará (día y hora) en (iglesia, juzgado, finca o recinto elegido) y a la recepción posterior que tendrá lugar en (nombre del establecimiento)".

En la línea inferior se pide confirmación y, finalmente, en el extremo izquierdo aparece la dirección del domicilio de la novia y en el inferior derecho la del novio.

Estos modelos tradicionales conviven hoy con otro tipo de invitación en la que los novios son, directamente, quienes se participan el uno al otro (especialmente cuando se trata de una segunda boda para alguno de los contrayentes, o tienen hijos antes del matrimonio). Este último modelo será igual aunque omitiendo el nombre de los padres.

Si el lugar de celebración es de difícil acceso se debe incluir un plano para facilitar el desplazamiento a los invitados.

Los sobres se escribirán a mano con tinta negra y se excluirán todas las abreviaturas en el nombre y apellidos. Si alguno de los hijos del matrimonio invitado es mayor de edad y va a ir acompañado de su pareja, es correcto que se les envíe una invitación a ellos por separado. En el supuesto de que la persona invitada reciba un tratamiento especial por su cargo o título, éste debe anteponerse al nombre. Por ejemplo: "Excmo. Sr. D. Pedro Nieto".

Las invitaciones deben enviarse con dos meses de antelación para que los asistentes tengan tiempo de planificar su agenda y hacer los preparativos correspondientes. Lo correcto es que se entreguen en mano facilitando un encuentro personal, puesto que se trata de un acontecimiento familiar y social, no obstante se pueden enviar por correo confirmando, mediante conversación telefónica, su recepción.

En la actualidad, la costumbre es enviar una sola invitación que incluye la celebración religiosa o civil y la posterior recepción. Sólo en los casos de bodas reales, muy protocolarias o de alto nivel, se remitirán dos tarjetones: uno para la invitación religiosa y otro para la recepción posterior.