A pesar de que, en España, en los
últimos años no se celebran tantas bodas
en invierno como en verano, no cabe duda de que las posibilidades son
infinitas ya que el clima español es cálido incluso en invierno y, de esta
forma, se logran ambientes coloridos y
acogedores sin arriesgarnos a echar a perder muchas variedades de flores
que, en verano, no aguantan el excesivo calor y humedad.
Los colores del invierno son variados, los blancos junto a los ocres,
dorados o variedades del marrón son ideales, así como rojos fuertes o verdes
oscuros. El blanco y negro aportan mucha fuerza y energía en bodas de interior,
y descartando los colores pastel, los tonos de la paleta de azules (violeta,
lila, morado) y de rosas fuertes como el fucsia son, realmente, apetecibles
para una boda en un jardín interior
o en un claustro histórico.
En función del espacio de
celebración y la mesa a decorar, se pueden elegir centros de flores únicos y con la calidez necesaria para poder
realizar creaciones llenas de magia. Si el espacio es rústico, campestre,
podemos aprovechar para realizar centros con piñas, muérdago, flores secas, espigas.
En caso de que el espacio sea clásico, con una decoración vintage y
queramos darle un toque no demasiado barroco, es ideal utilizar espigas, bambú,
incluso frutas. También es una buena idea utilizar peceras de vidrio con flores
flotantes. Una muy buena idea es elegir centros altos, con flores voluminosas y
velas. Las velas se encenderán justo antes de entrar los invitados al salón. Los candelabros
aportan gran calidez a cualquier espacio y se pueden combinar con cualquier
flor. Las piñas y las castañas en bodas
de otoño contribuirán a crear un ambiente alegre y lleno de energía. En
invierno las frutas del bosque y silvestres (arándanos, cerezas, endrinas,
moras, grosellas, frambuesas y nueces) proporcionan el escenario perfecto para
una cálida boda a la luz de las velas y al calor del fuego.
Por último, las orquídeas, la amarilis
y las flores de cardo se pueden combinar con jarrones espectaculares de cristal
que se colocarían en corners o mesas
auxiliares en la entrada al salón o, en un jardín, en las mesitas de decoración
pegadas a la pared. Se podrían combinar con farolillos, candelabros o, incluso,
marcos con fotos y detalles personales de los novios. Lo ideal es aprovechar
las bondades del invierno español
para crear un clima acogedor y ardiente que dé lugar a una boda única.
Escuela Europea de Wedding Planners
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